domingo, 4 de diciembre de 2011

LA MALA REPUTACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN EN EDUCACIÓN.

No hace mucho pude hacer un curso sobre "Investigación e Innovación Didáctica en el aula", en el que volviendo a él, hay algunas ideas que me llamaron la atención y quiero compartir.
Hay muchos autores, los más críticos, que afirman que la investigación educativa no resulta útil a la práctica docente porque muy poco de lo que se investiga es útil para el docente en el aula. Ya desde los años 70 había autores que declaraban ineficaz la investigación en el ámbito de la educación, pues afirmaban que la mayor parte de los estudios carecían de aplicabilidad práctica. Parece ser que la elaboración de teorías educativas era la prioridad de las investigaciones, en lugar de herramientas válidas para la función docente.
Así, encontramos referencias de la AERA (Asociaciación Americana de Investigación Educativa) que publicó en la revista "Educational Researcher" que la investigación educativa debería conformarse con ser una ciencia menor, con un impacto en la práctica muy limitado; Hangreaves (1996) denunciaba que las decisiones didácticas de los docentes no se basaban en los hallazgos experimentales de la investigación educativa; en España, algunos consideraban que la investigación en educación no tenía más eco en parte debido a que los docentes no la tenian en cuenta, culpando pues al propio docente.

FACTORES IMPLICADOS EN LA CRISIS DE LA INVESTIGACIÓN EDUCATIVA.
-- Parece que los estudios se centran en cuestiones poco relevantes para los docentes.
-- No hay un cuerpo coherente y convincente de conocimientos provenientes de la investigación que faciliten la práctica docente.
-- Realmente los hallazgos científicos, la investigación y las innovaciones en educación no tienen suficiente difusión entre los docentes, que o bien ignoran su existencia o bien no están convencidos de su utilidad.

SOLUCIONES QUE SE HAN INTENTADO EN EL PASADO.
*En la década de los 70 tuvo lugar la iniciativa del modelo IDDA, que fue un estrepitoso fracaso, y consistía en paquetes con materiales específicos elaborados por psicólogos y pedagogos  que los docentes debían aplicar con las instrucciones detalladas y con ejercicios para los alumnos/as, pero nadie los utilizó como se esperaba. Este modelo falló porque tanto el profesor como el alumno/a tenian un papel totalmente pasivo (uno aplicaba el paquete y el otro/a lo recibía), sin contar además con el contexto educativo específico. Este fracaso desembocó en la ruptura en la relación entre investigación y práctica, que siguieron caminos distintos.

La percepción que se tiene de la relación entre investigación y la práctica educativa (según citado de Escorza y Piñero) es la siguiente:
 § La investigación se percibe como irrelevante, inútil y demasiado teórica.
    § Desconfianza en los resultados de la investigación.
 § Falta de tiempo de los docentes y un acceso limitado a la literatura de la investigación.
   § Problemas de los docentes para comprender el lenguaje y las estadísticas de los informes de invertigación.
    §Los docentes tienen mucha más confianza en otras fuentes de información que en la investigación.
 § Existe una fuerte resistencia al cambio.

LA NECESIDAD DE UN CAMBIO DE ACTITUD.
Parece ser que para que la investigación en educación sea productiva, es necesario plantear un nuevo marco de relaciones entre investigación y práctica, huyendo de la relación de subordinación entre las dos: la investigación no está por encima de la práctica y las dos han de trabajar unidas por la mejora educativa.
Por otra parte, hay que valorar el conocimiento que proporciona la práctica educativa, y estos conocimientos ha de tenerlos en cuenta la investigación como una importante fuente de información. De igual modo, la investigación debe investigar (nunca mejor dicho) los motivos por los que una metodologís funciona o no, teniendo en cuenta las variables que median en los resulatdos.

En algunas notas durante el curso se advertía que no se pretendía desarrollar una actitud negativa de nosotros hacia la investigación e innovación educativa, sino simplemente evidenciar errores cometidos hasta el momento con el fin de que el investigador no los cometiera de nuevo. Y concluían finalmente de nuevo con la idea de que el objetivo principal de toda investigación debería ser acercar los resultados a la práctica docente, a la realidad.

1 comentario:

  1. Bueno bueno, casi diciendo que la investigación educativa no sirve para nada... la que te va a caer encima,jaja. Bromas aparte, me gustaría dar mi opinión. El 99,9% de la investigación que se hace en cualquier ámbito de la vida cae en saco roto, no creo que sea exclusivo de la educación. Por otra parte, los frutos de la investigación educativa quizás se recojan mas a largo plazo y normalmente a nivel mas localizado (a nivel de centro). Estoy de acuerdo con tu aportación en el sentido que no creo que exista algo completamente revolucionario por venir, pero si hay muchísimo margen para mejorar. Ánimo Docente!

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